l   septiembre 18, 2018   l  

Rumbo a China 2019 Estrategia y Corazón





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Uruguay cerró una nueva ventana clasificatoria en el lugar en el que quería estar: un viaje a Estados Unidos con derrota previsible y descanso para los jugadores clave, y un triunfo de local ante México a puro corazón. En noviembre será un mano a mano contra Puerto Rico por el tercer puesto, en la inauguración del Antel Arena. Seguimos soñando.

Con el diario del lunes (o del martes, en este caso), podemos decir que la estrategia de Signorelli de dejar a Batista, Fitipaldo y Parodi en Montevideo esperando por México, dio resultado. La categórica derrota ante USA Basketball era esperable, y la diferencia no importaba. Sin dudas, la única nota destacada de ese partido, fue la aparición del juvenil Joaquín Rodríguez, un proyecto de crack que propició hasta algún comentario de analistas estadounidenses de esos que cubren el Draft de la NBA y están acostumbrados a reconocer el potencial cuando lo ven. En ese 57-114, descubrimos que teníamos un escolta de 19 años y 1.95 que combina tiro de 3 puntos con capacidad de crear sus propios tiros, buena visión de juego y capacidad defensiva; todo potenciado por una fluidez en sus movimientos y una confianza poco habitual en alguien de su edad. Después nos podemos poner a pensar por qué ese jugador pudo entrar y meterle 11 puntos a una selección con jugadores de NBA, pero no le alcanzó para tener minutos en la Liga Uruguaya.

El partido que importaba era el que nos iba a enfrentar a un México que venía de perder de local con Argentina, y que se presentaba como un gran rival al que había que vencer para seguir con chance de ir a China el año que viene. De sobra eran sabidas las ausencias, que ya se recitaban de memoria como esos equipos ganadores. Y realmente, teníamos un equipazo de bajas, por los motivos y razones que fueran: dos titulares (Jayson Granger, Mathías Calfani), dos bases que habían tenido buenos rendimientos (Gustavo Barrera, Santiago Vidal), los dos principales aleros (Marcel Souberbielle, Juan Ducasse) y hasta otro de los bases que cubrían a los ya ausentes (Marcos Cabot).

Y se logró un triunfo emocionante ante un equipo con grandes jugadores como Gustavo Ayón y Paco Cruz, con un flojo partido de Bruno Fitipaldo, con Esteban Batista cargado de faltas tempranamente y con un 19% colectivo en tiros de 3 puntos. Realmente se dio un paso enorme, en un trámite que tuvo a Uruguay atrás en el marcador durante casi todo el partido y ganando a puro sacrificio y defensa un partido que parecía imposible.
El análisis del partido dirá que las claves fueron los 18 puntos de Esteban Batista -con un último cuarto para enmarcar-, los 15 de Luciano Parodi, el gran trabajo de dos leones como Kiril Wachsmann y Hatila Passos como enormes figuras en los dos costados y la entrega superlativa de un equipo que no jugó bien y que permitió demasiados tiros cómodos de 3 puntos. Fuera de las cuestiones técnico-tácticas, lo que puso la selección en el parqué del Palacio Peñarol fueron unas ganas de ganar y de seguir soñando con poner a la Celeste en un Mundial después de 33 años. Esas ganas de ganar, hicieron que México solo anotara 25 puntos en el segundo tiempo.

¿Qué nos espera? Por lo pronto, pasar raya sobre las ausencias y todo lo que pasó hasta ahora. Argentina ya le ganó a Puerto Rico, y es un mano a mano contra los boricuas el 29 de noviembre. Después, recibiremos también a Estados Unidos, el 2 de diciembre. La chance de ir a un Mundial es la más alta en años, y dependerá de tirar todos para el mismo lado, de poder conformar el mejor equipo posible y de que el Antel Arena explote con esas 10.000 personas que van a empujar a los 12 de Signorelli para lograr el sueño de ser mundialistas.

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