La nadadora Lucía Dabezies (24) y el judoka Henry Borges (38) son los deportistas celestes que participan de los Juegos Paralímpicos Tokio 2020. En busca de conseguir una segunda medalla en la historia de estos juegos -la única hasta el momento es de Jorge Lerena en Atlanta 1996- los uruguayos se suman al evento olímpico, que se extenderá hasta el 5 de setiembre.
Lucía participó en Abril del 2021 en un torneo en Estados Unidos, y si bien quedó por debajo de un segundo respecto a la marca necesaria para clasificar en los 100 metros Pecho (puso 1 minutos 25 segundos 96 centésimas), consiguió el cupo de invitación que otorga el Comité Paralímpico Internacional (CPI).
La competencia refería a las World Series Paralímpicas, y terminó conquistando el bronce, siendo su primera participación en este tipo de competencias, al tiempo que también le sirvió para la necesaria clasificación funcional.
El martes 24 de agosto tuvo su debut en Tokio 2020, en la prueba de 50 metros libre, y logró bajar un segundo su mejor marca. Colocó 32 segundos 62 centésimas. Primer objetivo cumplido. Al otro día, en los 100 mts pecho también bajó su mejor registro en 4 décimas, colocando 1:25.54
Ingeniera de sistemas, se recibió de licenciada justamente el pasado mes de abril, y parte de su preparación para estos juegos fue de prepararse en la piscina del Campus de Maldonado -la única piscina de 50 metros en Uruguay-, donde tuvo que intercalar estudio, trabajo y entrenamiento.
Su entrenador es Jorge Gnazzo, y juntos lograron viajar con cierta anticipación a Japón, hospedándose y entrenando en la Universidad Yokohama, aportando estabilidad en la preparación.
Por su parte Henry Borges, llega a Tokio tras conseguir la clasificación directa, colocándose 8º en el ranking mundial. Tres veces medalla de oro parapanamericana (2015, 2019 y 2020), el artiguense va por su cuarto juegos, igualando el record de participaciones de Milton Wynants (Ciclismo), Alejandro Foglia Vela) y Andrés Silva (Atletismo).
En Rio 2016, el judoka que compite en la categoría de no videntes, peleó por la medalla de bronce y finalmente consiguió el cuarto puesto. En esa edición, los deportistas celestes fueron: Eduardo Dutra (Atletismo), Gonzalo Dutra (Natación), Alfonsina Maldonado (Equitación) y Henry Borges (Judo).
El 26 de agosto, Henry combatió contra el turco Recep Ciftfi, cayendo por Ippon, cuando estaban empatando 1 a 1, cerrando así su participación paralímpica.
En diálogo con Zona Mixta, el Secretario del Comité Paralímpico Uruguayo (CPU), profesor Sebastián Fernández Chifflet, detalla: “Henry tiene la posibilidad de quedar bien arriba en un deporte de combate en Judo. Por su parte, los dos representantes celestes tuvieron que viajar al exterior para poder acceder a sus marcas y elementos funcionales. Henry realizó una gira importante por Europa, donde consiguió la clasificación, no así Mariana Mederos que quedó afuera por poquito. Lucía viajó a EEUU para hacer la clasificación funcional y después poder acceder al cupo de invitación. Estos elementos se han generado a partir de un trabajo colectivo por varios lados”.

La gestión del deporte paralímpico en Uruguay
Uno de los desafíos que se plantea el deporte paralímpico uruguayo refiere a la visibilidad mediática y cultural, así como la accesibilidad en cuánto a información y mecanismos para acercar practicantes a las disciplinas deportivas. “Creo que es una rama del deporte que tiene muchísimo para desarrollar, instalar y mucha necesidad de ser visibilizado y además tiene un rol fundamental en darle sentido y actividades a las personas con discapacidad, que muchas veces se sienten al margen del camino” explica el Secretario del CPU.
Uno de los cambios que viene impulsando refiere a aggioarnar cierta institucionalidad, tratando de realizar un pasaje entre el deporte asociativo y las federaciones. Detalla Fernández que “hay casos de deportes adaptados que no son todavía paralímpicos, otros que ingresan y salen del calendario. Todavía es necesario trabajar mucho en la gestión de las federaciones para que incorporen al deporte paralímpico como un deporte más y la necesidad de formar clasificadores funcionales y deportivos. Capacitar a los profesores y técnicas y técnicos deportivos”.
A modo de diferenciar el trabajo que debería focalizarse en el CPU y lo que compete a las federaciones, la actual gestión entiende que “el rol del CPU es establecer el nexo con el Comité Paralímpico Internacional, y poder generar mecanismos para que las federaciones puedan inscribir a sus deportistas, hacer la planificación de los ciclos de preparación para competencias internacionales, apoyo en la capacitación de técnicas (jueces que puedan evaluar las clasificaciones funcionales, la formación de los profesores y técnicos, la detección de talentos”.
Existen diferentes proyectos que impulsan el deporte adaptado, actividades de inclusión y socialización muy significativas para los deportistas y sus familias, por lo que una de las prioridades es “trabajar en los centros de rehabilitación que hay en el país, poder trabajar de forma cercana a las escuelas especiales y después que puedan existir mecanismos de rápida derivación en municipios, departamentos y secretarías de las intendencias para ubicar las federaciones correspondientes, cosa de que la gente que quiere practicar un deporte pueda transitar al lugar donde le indiquen cual es el mejor deporte, de qué forma lo podría hacer”.
Por último, Fernández detalla la necesidad de formación “capacitar y motivar a las personas, en sinergias, articuladamente. Poder abrir la cancha, las cabezas, trabajar desde la generosidad, en proyectos cooperativos y también desde el financiamiento, donde hay una serie de iniciativas – que están verdes todavía- pero que benefician al deporte en general”.
Apuntes de contexto
Consultando el proyecto “Histoporte” (instagram y twitter, @histoporte) se puede acceder a una síntesis del movimiento paralímpico. Aquí algunos hitos:
El Movimiento Paralímpico comenzó a gestarse tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) con el objetivo de atender, distender y motivar, tanto a los soldados veteranos como a los civiles heridos por el conflicto bélico.
En 1944 el Dr. Ludwing Guttman abrió una sala para pacientes con problemas medulares en el hospital de Stoke Mandeville. De a poco, allí mismo comenzaron a hacer deportes adaptados y competencias, generando los “Juegos de Stoke Mandeville”.
Los primeros Juegos Paralímpicos se realizaron en Roma 1960, con 400 deportistas de 23 países. Cada 4 años se vienen concretando de forma ininterrumpida.
En 1989 se fundó el Comité Paralímpico en Dusseldorf, Alemania. La denominación da cuenta de un evento compartido con los olímpicos, “para” significa junto a, o, al lado de. A partir de esa fecha, los Paralímpicos se desarrollan en las mismas sedes que los Olímpicos.
En nota de La Diara, se especifica que los actuales Juegos Paralímpicos #Tokyo2020 se componen de más de 4500 deportistas de 162 delegaciones.
El símbolo del CPI representa las dimensiones humanas: mente, cuerpo y espíritu, y los colores responden a ser los más repetidos en las banderas del mundo.
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