l   julio 31, 2018   l  

Historia y Evolución del Deporte Conocer los orígenes para preparar el futuro





L

La evolución del deporte desde mediados del siglo XX lo ha consolidado mundialmente como una actividad de la vida social que influye en la salud, el entretenimiento, el ocio y el mundo del espectáculo. Pese a eso, el acercamiento de Uruguay al conjunto de necesidades y oportunidades que crea el desarrollo del deporte todavía es limitado e incipiente. A partir de un estudio histórico y evolutivo del deporte, se podrá profesionalizar la gestión por parte de aquellas personas que trabajen en las instituciones. De eso charlamos con Arnaldo Gomensoro, Profesor de Educación Física y docente de Historia y Evolución del Deporte en la Tecnicatura en Gestión de Instituciones Deportivas del CLAEH.

Dentro del panorama, hay algunas decisiones y procesos que se deben tener en cuenta: el impacto favorable del crecimiento económico del país en la recomposición y fortalecimiento de las instituciones deportivas, la universalización de la enseñanza de la educación física en el sistema escolar (Ley Nº 18.213), el fortalecimiento y desarrollo de las instituciones deportivas tradicionales y la proliferación de nuevas propuestas para el sector a través de academias, gimnasios, Spa, etc, la extensión del parque de instalaciones públicas y el mejoramiento de las instalaciones privadas, y la creación de Secretarías de Deporte en la totalidad de los Gobiernos Departamentales.

Gomensoro estuvo en la gestación, junto con el Profesor Fernando Cáceres –Director de la Secretaría Nacional del Deporte- de la idea de crear esta tecnicatura. Fue hace unos cuantos años, cuando hablaron con el CLAEH a raíz de que en la Licenciatura en Gestión Cultural se incluyó durante dos o tres años, un módulo en Gestión Cultural del Deporte (en la que daban un breve pantallazo sobre la historia del deporte en el Uruguay y Cáceres hablaba sobre cómo era la gestión en el deporte internacionalmente y en nuestro país). Fue una experiencia corta, a partir de la que vieron la necesidad de crear la tecnicatura.

El abordaje planteado particularmente por la asignatura Historia y Evolución del Deporte, abarca desde los orígenes del deporte moderno en la Inglaterra del Siglo XIX hasta el fenómeno deportivo actual, desde un punto de vista sistémico. Se analiza el crecimiento y la crisis del deporte uruguayo, donde ocupan un lugar importante los clubes y su explosivo desarrollo en la primera mitad del Siglo XX y la municipalización del deporte y los modelos deportivos actuales y se procura reflexionar sobre el rol que desempeñan la actividad pública y la privada como promotores de los valores sociales y culturales del deporte. La necesidad de crear la tecnicatura tiene, de acuerdo a Gomensoro, varias connotaciones. Algunas de ellas, son históricas y obedecen al estudio de los modelos deportivos predominantes en la actualidad en comparación con los de los orígenes del deporte en nuestro país.

Algunos aspectos históricos importantes para entender al deporte en Uruguay son, por ejemplo, la creación de las diferentes federaciones y en qué contexto del país tuvieron lugar. Al respecto, ejemplifica: “En 1900 se crea la de fútbol, en 1914 la de ciclismo y remo, en 1915 la CNEF arma un aparato cuya función era crear federaciones, estatiza el deporte hasta 1918 y se crean la mayoría de las federaciones como basketball, volleyball o boxeo. Hay una explosión de clubes deportivos muy simples, que no tenían ni sede. La CNEF ofrecía su sede para que se reunieran y no lo hicieran en boliches (por la lucha muy fuerte contra el alcoholismo)”.

En tal sentido, una de las bases para entender la historia y la evolución del deporte en nuestro país, es el fuerte papel que ha tenido el Estado y que hasta hoy lleva a que la gente y las instituciones entiendan y esperen la intervención estatal. Al respecto, el docente explica: “Ese deporte cuya gestión inicial estaba dada por una comisión directiva heredera del parlamentarismo inglés del siglo XIX, estaba regido por un sistema deportivo democrático en el que los propios deportistas dirigían y había solo tres o cuatro cargos (que eran voluntarios). Ese sistema fue utilizado para el desarrollo del deporte, para la hegemonía del Batllismo para la sociedad, que dio marco a los contingentes de inmigrantes y a la gente del interior. El deporte uruguayo tiene que ser ayudado por el Estado permanentemente, esa es una creación del Batllismo. El mayor sponsor del deporte uruguayo es el Estado, hasta hoy”.

Todo eso nos lleva a pensar en qué lugar estamos parados a la hora de valorar la actualidad de nuestro deporte, algo imposible de pensar sin tener en cuenta un elemento crucial: el “modo uruguayo” de ver y hacer las cosas, al que Gomensoro llama “sentido común deportivo”. Para el docente, “ese sentido común deportivo ha calado mucho y se ha trasladado hasta ahora, no acompañando la evolución del deporte en el mundo. Esa evolución ha llevado a que aquellas instituciones se hayan transformado en empresas (con todas las características del sistema capitalista). Desde aquella conducción artesanal improvisada con poca profundidad en el tiempo a hoy, se necesita un salto que es muy difícil, porque aquella forma de conducción está muy metida en el sentido común”. Menciona elementos muy arraigados y difíciles de cambiar en nuestras cabezas, como la centralización del país reflejada en el deporte, o la cultura deportiva que lleva a que sea imposible para dos clubes rivales pensar en fusionarse. Agrega: “Ese sentido común, esa cultura, es muy conservadora. Le cuesta mucho cambiar y una de las tareas que debe tener cualquier gobierno es mejorar eso y desarrollarlo. Esa cultura de que hay que improvisar, de que se gana de cualquier manera, se reforzó con algunos eventos importantes por ejemplo Maracaná (que fue todo muy improvisado).”

En tal sentido, establece una comparación entre algo que ha estado a la vista de todos y lo que se hace a nivel internacional, con la lógica y la mentalidad con la que se siguen manejando las federaciones en nuestro país:

“El proceso Tabárez dice que hoy se necesita planificación a largo plazo, establecimiento de metas. Si uno piensa en el sistema deportivo actual, sabe que para formar un deportista de nivel internacional importante se necesitan unas 10.000 horas de entrenamiento, según mediciones de estudios norteamericanos. Eso significa de siete a diez años de entrenamiento. En Uruguay, la historia hace que las directivas de las federaciones duren dos años. El lastre es el del sentido común funcional a 1920, pero que 100 años después ha dejado de ser.”

El deporte cambió por la conjunción de sucesos históricos y cambios tecnológicos, pero en Uruguay no lo advertimos. “En 1915 había 12 federaciones, en 1951 había 23, hoy hay 61. El fenómeno ha explosionado. Pero además en el ‘50 la AUF tenia un solo representativo, que jugaba Copas América y Mundiales, nada más. Hoy, la misma asociación tiene 11 representativos internacionales y así se ha dado en todo, porque las asociaciones se han transformado en multinacionales como la FIFA.” Además, hay un contexto internacional para el que Gomensoro insiste que hay que prepararse: “En el deporte no es como en las relaciones internacionales, que se contemplan las diferencias entre países a la hora de establecer acuerdos comerciales. En el deporte competimos en las mismas condiciones que Alemania, por ejemplo. Una estrategia que hay que buscar es tecnificar la gestión porque de otra forma no podemos competir, es imposible. Esa tecnificación de la gestión ya se ha dado en los países del primer mundo y si nosotros queremos estar en un nivel internacional, tenemos que hacer entre otras cosas eso y sostenerlo en el tiempo. El fenómeno Tabárez nos debe enseñar, nos debe hacer reflexionar.”

Conocer el pasado y las diferentes etapas para planificar el futuro, eso debería ser aplicable a cualquier actividad. Hacia ahí apunta esta asignatura en el marco de la tecnicatura. El docente concluye: “La idea es entender el deporte de hoy conociendo todo lo que estuvimos hablando. Esos gestores van a tener que ir a pelear con un sentido común o una cultura que viene de 100 años. Entonces, si no conocen por qué son las cosas, o de dónde viene el hecho de que la gente espere que el Estado apoye, no vamos a poder desarrollarnos.”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *