l   julio 11, 2016   l  

Ajedrez y Deporte «Se trata de tomar decisiones»


Foto: Diego Aguire - https://www.facebook.com/diegoafoto/photos




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Un experimentado entrenador de básquetbol que se convierte en líder local de ajedrez en Nueva Helvecia, una red de 170 instituciones que participan de un programa de ajedrez educativo y dos investigaciones sobre el impacto del juego en la cognición; de todo esto va la siguiente nota.

Gustavo Rivas nunca imaginó los resultados que alcanzaría en ajedrez, sabiendo, como dice, 1% de lo que sabe de básquetbol.

Empezó poniendo tableros al costado de la cancha, en los entrenamientos de básquetbol de las divisiones formativas, en Colonia. Según cuenta, lo hacía con dos objetivos: para que los niños no se aburrieran entre ejercicio y ejercicio, y porque «el ajedrez tiene muchas virtudes que se pueden llevar al deporte, como la concentración, la atención, el respeto al silencio, el análisis».

Rivas es de Bella Unión, empezó a jugar ajedrez siendo niño, «en la época de Bobby Fisher y (Boris) Spasski, cuando todo el mundo jugaba», en las casas, en los clubes de barrio. Ya en Nueva Helvecia y con el estímulo de los padres de sus alumnos empezó a organizar campeonatos en el club Plaza con los niños del básquetbol.

De esa experiencia y con el apoyo de la Federación Uruguaya de Ajedrez (FUA) surgió la escuelita de ajedrez de Nueva Helvecia, que funciona desde hace cuatro años; en un espacio físico especialmente acomodado fuera del Plaza, a los efectos de ampliar la participación. De a poco empezó a atraer niños no necesariamente vinculados a las prácticas de básquetbol. Hoy tiene 50, aproximadamente la mitad aprenden los dos deportes.

Gustavo Rivas«Son los que mejor entienden el básquetbol», afirma Rivas. «están acostumbrados a analizar las posiciones, usan más la razón, cuando se juega a un deporte se hace más desde la pasión, los que juegan al ajedrez lo hacen más desde la razón, es lo que he visto con los jugadores, no quiere decir que se conviertan en grandes jugadores de básquetbol porque también tienen que tener el talento, la determinación, pero razonan más que los otros, entienden más los ejercicios, las jugadas, los movimientos que hacemos, la tienen más clara, entienden más los conceptos, ahí veo que hay una diferencia».

Rivas tiene una amplia y reconocida experiencia como entrenador de básquetbol, a nivel de la selección uruguaya, y ha reclutado destacados jugadores de alto rendimiento. Pero su contacto con el ajedrez y la experiencia de trabajo coordinada en ambas disciplinas modificó su postura como entrenador.

«Vi que mejorábamos mucho la parte física, pero a veces algo para la cabeza no teníamos, ahí fue que empecé a experimentar al costado de la cancha (…) Desde que estoy metido en el ajedrez veo distinto al básquetbol, lo veo más cerebral, en el ajedrez uno aprende muchas cosas que servirían mucho para el deporte», expresó a ZONA MIXTA.

Asimismo, aseguró que traslada muchos aprendizajes a la inversa y que concibe a los jugadores como iguales. «Para mí son todos jugadores, los de ajedrez y los de básquetbol, tengo la misma filosofía de cómo tienen que ser para mejorar»: el espíritu competitivo y de trabajo, el trabajo en equipo, el sacrificio, es estudio constante, la determinación, enumera. «Muchas cosas que he aprendido del básquetbol las transmito en el ajedrez».

Paralelamente a sus clases de básquetbol en el Club Plaza, desde hace cuatro años Rivas coordina la escuelita de ajedrez de Nueva Helvecia. Y el tiro no salió mal, como dice. Rivas se convirtió en un líder local, muy valorado por la FUA. La localidad tiene cinco campeones nacionales y este mes estará presente en el XXVII Torneo Panamericano de Ajedrez de la Juventud, que se disputará en Montevideo del 24 al 31 de julio.

Se trata de tomar decisiones

«Se trata de pensar. Si nosotros logramos fortalecer nuestra concentración vamos a ir mucho más lejos en todas las disciplinas porque las decisiones son mejores», señala el presidente de la FUA, el ajedrecista Bernardo Roselli, profesor en el Club Banco República.

Roselli,14 veces campeón nacional y Maestro Internacional, un título vitalicio que otorga la Federación Internacional de Ajedrez (Fide) a los jugadores destacados, resume el atributo fundamental del juego en el «pensar: tomar decisiones y trabajar la anticipación» e intenta transmitir la idea de que es tan sencillo de aprender que un niño de seis años es capaz de explicar los movimientos básicos a uno de cinco.

Son solo seis piezas que se mueven a través de filas columnas y diagonales, y valen por lo que juegan, no por lo que son. «Empezar a darle valor a cada una de las piezas y a interactuar; tratar de tener un plan y contemplar el del adversario…ahí es cuando empieza la magia».

educativo«Observo cómo se mueve permanentemente en la cancha, cómo mueve los ojos», dice a propósito de Luis Suárez de quien confiesa ser «un gran seguidor». «Él decía que se visualiza haciendo jugadas y haciendo goles, es la expresión más clara de lo que sucede en ajedrez, mentalmente yo veo que (el contrincante) va a jugar aquí, acá o allá, es una cuestión de cálculo…»

Claro que no todos somos Suárez, «ni Borges ni Benedetti ni doctores en matemática» pero «de hecho escribimos, sumamos y restamos». Y «en cualquier disciplina, hasta para cocinar, si logramos aprender a pensar de manera ordenada tenemos medio partido ganado», ensaya una explicación del interés creciente en el ajedrez más allá del ajedrecismo, al servicio de otras disciplinas.

La mitad de los asistentes a la formación en Ajedrez que brinda desde hace dos años el Instituto de Perfeccionamiento y Estudios Superiores (Ipes), impulsado por la FUA y el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), son profesores y maestros sin experiencia como ajedrecistas; personas que además de buscar una herramienta didáctica, llegaron allí motivados por el afecto a un juego que ha estado, en muchos casos, presente en su historia familiar y comunitaria.

Roselli dice que «no hay mejor decisión que la información en la que se basa», pero además de método, cálculo y estrategia utiliza las palabras afecto, magia y misterio para intentar transmitirme la experiencia del juego.

«Sorprendentemente mucha gente juega al ajedrez para desestresarse. Yo confieso que uno de los momentos más maravillosos que tengo en el año, estoy solo con mis pensamientos, es una cosa maravillosa». En ese momento «sublime» sus pensamientos no solo están en cómo ganar la partida «Puedo estar pensando qué voy a cenar esta noche, siempre alejarse y quitarle emoción a las decisiones hace que sean mejores».

Ajedrez educativo

Esteban Jaureguizar coordina el programa «Ajedrez para la convivencia» del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), una política pública que ha montado una red de 170 instituciones que incorporaron clases de ajedrez: Centros MEC, Primaria, Secundaria, el ex Sirpa, el Mides, OPP y las intendencias.

En 2009 la entonces directora general del Consejo de Educación Inicial y Primaria (Ceip), Edith Moraes, se reunió con la FUA, interesada en su proyecto de ajedrez educativo para las escuelas de tiempo completo. El programa se empezó a implementar en 26 escuelas, actualmente participan 67.

Paralelamente se incorporó el programa en la UdelaR, a través de Bienestar Universitario, y desde la Facultad de Psicología se empezaron a desarrollar investigaciones sobre el impacto del juego en la cognición. También se articular el «Proyecto Universitario de Ajedrez«.

Diego Aguirre
Foto: Diego Aguirre

La red de instituciones se amplió en 2013 con el programa «Ajedrez para la convivencia». El MEC provee de materiales, asesoramiento y un sistema de capacitación a las instituciones que convenian, éstas se hacen cargo de los sueldos de los profesores.

«El ajedrez es sumamente inclusivo de por sí, te permite jugar sin barreras idiomáticas, etarias, físicas o de género, cuestiones que para otros deportes pueden implicar una dificultad; te da la posibilidad de trabajar un montón de aspectos que tienen que ver con lo cognitivo y lo comunitario, y por lo tanto es una herramienta para intervenir en un montón de políticas», explica Jaureguizar.

Esteban, que también es vicepresidente de la FUA, afirmó que se está trabajando en vincular el ajedrez educativo y el de competencia.

«Pensamos que el pasaje se iba a dar de una manera natural pero en la práctica el goteo es muy chiquito. Pasa en casos muy específicos como el de Gustavo Rivas»; y en pueblos chicos donde la vida cotidiana transcurre en condiciones muy diferentes a las de Montevideo, explicó.

Sostener en el tiempo encuentros departamentales o regionales en los que coexistan dos categorías, recreativa y pre competitiva, es una de las estrategias, sostuvo. «Creemos que ese contacto será lo que permita pasar de una categoría a la otra».

En Uruguay hay cerca de 1900 jugadores, aproximadamente 800 participan anualmente de la competencia.

Desde la UdelaR se hicieron dos investigaciones. Una de ellas se propuso estudiar los efectos del aprendizaje del juego en la cognición y la motivación, en base a la experiencia de las escuelas de tiempo completo. Los resultados no arrojaron grandes diferencias entre los niños que aprenden ajedrez y los que no. En un segundo trabajo, que ponderó tiempo e intensidad de la práctica, realizado en el contexto de los clubes, sí mostró diferencias significativas sobre el impacto en las habilidades cognitivas, en particular en la flexibilidad y la planificación.

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