Los goles llegaron de rebote, y las uruguayas quedaron eliminadas frente a una solvente Nueva Zelanda, que supo sacar la ventaja y cuidarla como oro.
Si nos quedamos estrictamente con el resultado del partido, la derrota celeste 2 a 1 contra las neozelandesas las ha dejado eliminadas del mundial, más allá de que el próximo martes jueguen el último partido contra –las también eliminadas- finlandesas. Información pura y dura.
Pero las cosas no pueden ser tan “resultadistas” solamente, sino ¿cómo se explica que Uruguay tenga dos delanteras que han mostrado ser de las mejores en el uno contra uno de este mundial? Hay cosas muy positivas, y en la fría tarde del estadio Charrúa se pudo plasmar.
El primer gol celeste fue un lujito, porque justamente arrancó con un caño precioso de Belén Aquino, que descargó a la derecha para su compañera Esperanza Pizarro – la mejor de Uruguay en las dos presentaciones- quién sacó un remate poderoso que fue a dar al travesaño, y en l rebote, Belén selló con un zurdazo certero frente a la salida de la golera neozelandesa.
Y no fue casualidad haber llegado a la conquista, porque esta fue madurando en esos primeros diez minutos de partido. También en esos minutos, la celeste se acercó con peligro mediante tiros libros, bien ejecutados por la duraznense Karol Bermúez y Deyna Morales.
Todo este empuje inicial se frenó por haber abierto el marcador y también porque las neozelandesas empezaron a tirar pelotas largas a sus delanteras así como bochazos al área. Tras un centro al segundo palo, la pelota quedó para la espigada número 9, Maggie Jenkins tira rasante al segundo palo, justamente estrella contra este y en el rebote estaba Grace Wisnewski para colocar el empate.
A partir de ahí se emparejaron las acciones, y las celestes se dedicaron más a defender de forma agrupado los embates de las oceánicas, quedando muy solitarias en el ataque Aquino y Pizarro, más allá de que se las ingeniaron para gambetear cada vez que tenían la pelota en sus pies.
Sobre los 36 minutos tras una falta desde el sector derecho de la defensa uruguaya, vino un tiro libre en forma de centro que encontró nuevamente a Jenkins, quién en dos tiempo dominó y sacó nuevamente un tiro rasante , que -¡otra vez!- dio en el mismo palo y encontró en el rebote a Kelli Brown, para poner en ventaja a las kiwi.
Así se fue la primera parte, con un gusto amargo para las celestes pero con el reconocimiento de las 6000 personas que poblaron las tribunas del renovado escenario. Aplausos, palabras de aliento, antes de encarar la segunda parte.
El segundo tiempo fue totalmente parejo, con las celestes carentes de profundidad para generar situaciones de gol al tiempo que las neozelandesas se defendieron en un bloque imposible de flanquear. No hubo jugadas peligrosas en ninguna de las áreas.
El desgaste mayor fue de las uruguayas que arrimaron todo lo que sus fuerzas las dejaron… y eso generó un apoyo permanente del público, que aplaudía lo mismo un lindo caño como un quite y despeje a la tribuna.
Así se fue el partido, y algo que podemos certificar es que la frase “dejamos todo” se hizo carne en el rendimiento celeste.
Cosas interesantes
El mayor destaque de las celestes fue Esperanza Pizarro, que tiene un excelente dominio de la pelota en carrera así como una técnica muy pulida. Logró apilar jugadoras y demostró también que tiene un muy buen remate.
También tuvieron un rendimiento muy alta la capitana Daniela Olivera y Sofía Ramondegui, quiénes hicieron muy buenas coberturas y tienen una lectura del juego muy clara. Las diferencias físicas que pueden tener con las rivales la suplen muy bien con estar paradas en el lugar y momento correcto.
Otras que jugaron un lindo partido la lateral izquierda Antonella Ferradans, con buenas coberturas y quites relevantes, Deyna Morales en la cobertura y entrega de la pelota así como los amagues y contragolpes del primer tiempo que hizo Belén Aquino.
Lo que se viene
El próximo martes – increíble, a la misma hora que jugará la selección mayor masculina frente a Francia – a las 17 hrs, las celestes cerrarán su participación contra las finlandesas. El desafío está en conseguir una victoria o empate, que sería la primera vez que las uruguayas conquistarían puntos en un mundial.
El rodaje y el hecho de competir contra rivales de muy alto nivel, le permiten a este grupo de jugadoras tener la experiencia necesaria para enfrentar futuros torneos cada vez con mayores niveles de competencia. Después del partido, el entrenador celeste, Ariel Longo, planteó que el proceso de esta generación apunta a tener una buena generación sub-20 dentro de dos años, y que esto de jugar “a ritmo mundial” es fundamental para crecer en lo futbolístico y físico.