Un amplio espacio abandonado, devenido en basural, se reacondicionó y transformó en un punto de encuentro comunitario para desarrollar actividades deportivas, artísticas, culturales y educativas.
Desde hace casi un año, en el barrio Punta de Rieles, se viene gestionando un proyecto educativo y cultural que tiene como principal protagonistas a los vecinos y vecinas. Se trata del “Espacio Plaza”, ubicado a las espaldas -200 mts- del Macro Mercado, en el kilómetro 13 de la Ruta 8.
Rodeado por cooperativas, el lugar viene siendo un punto de encuentro para la comunidad; grandes, chicos, jóvenes, viejos. Es que por semana están participando alrededor de un centenar de personas, que se distribuyen en diferentes actividades: deporte, gimnasia, baile, entrenamiento, natación, recreación, curso de líderes.
En noviembre del 2015, la organización no gubernamental El Abrojo concretó un acuerdo con la Secretaría Nacional del Deporte para cogestionar el proyecto, y en mutuo trabajo con los vecinos impulsar propuestas y actividades.
“La primera actividad que realizamos el año pasado colgamos la red de voleibol entre dos contenedores” detalla Alejandra Tadeo, profesora de educación física, quién es una de las referentes que allí trabaja.
Hoy en día, el terreno se encuentra muy despejado. Es más, el grupo de co-gestión viene impulsando un proyecto que podrá votarse en el próximo Presupuesto Participativo, referido a la construcción de una cancha multifunción techada, que sirva para practicar diferentes deportes, ya sea los días de lluvia o de mucho sol.
Mariana Sayagués coordina Espacio Plaza y puntualiza en que “las acciones que se llevan adelante apuntan a la reconstrucción de lazos de vecindad y de apropiación del espacio público por parte de la ciudadanía, promoviendo la participación y convivencia ciudadana, así como a la puesta en práctica del derecho a la recreación y el deporte en la vida cotidiana”.
CONSEGUIR LA PISCINA
Pensando en la idea de que hacer en los meses de verano, la profesora de educación física planteó conseguir una piscina donde aprender a nadar. “Dije cómo puede ser que ni a la playa vayamos en verano. Me moví, fui hasta las Plaza 5 y allí conseguí el horario de 14 a 15 horas. Luego acordamos con un ómnibus, que gracias a UCOT, por un precio de $700 el viaje, logramos que los chiquilines tuvieran esa actividad todos los martes y jueves” comenta Alejandra.
Llegaron a ir con 53 niños en un día a la piscina y a la vuelta “teníamos padres que nos estaban esperando con la merienda compartida, y también un tiempo libre, no estructurado, para jugar al voleibol, fútbol, etc”.
Esta actividad fue un trampolín para generar nuevas propuestas. “Llegamos a ir a hacer Canotaje en el lago Calcagno, y ahora durante el año tenemos un convenio con el Complejo Deportivo Ituzaingó donde vamos todos los sábados de 8 a 10”. Allí se organizan en dos turnos: el primero dedicado a hidrogimnasia, adultos y preescolares mientras que la segunda hora se destina a niños, adolescentes y jóvenes.
Un punto fuerte del proyecto está en que ha logrado vincularse con el Espacio de Formación Integral (EFI) de la Udelar, por lo que estudiantes de Educación Física y Trabajo Social realizan prácticas educativas allí. Unos se dedican a trabajar la integración apartir de dinámicas lúdicas mientras que otros abordan las necesidades que tienen la comunidad para orientar acciones sociales en esa línea.
Comenta Alejandra que “algunos de aquellos que culminaron su práctica siguen participando voluntariamente porque les generaron cariño al proyecto y dicen quiero seguir aprendiendo”.
PENSAR EN COLECTIVO
El deporte comunitario se vive como una herramienta para favorecer la participación e involucramiento de la comunidad. Lejos de formatos estructurados como podría ser una clase convencional de Gimnasia, el eje de la actividad está puesto en el disfrute. “Cuando empezamos, habían varias mujeres que querían Zumba… Ni una cosa ni la otra, la consigna fue hacer una clase de gimnasia y moverse, el nombre se lo ponemos después”.
Justamente al lado del Espacio Plaza está la canchita de baby fútbol del cuadro “Integración”. Unos y otros han comenzado a generar vínculos a partir de cooperación con los espacios. El cuadro recibe talleres de primeros auxilios y educación física mientras que aportan la utilización de la cancha para que haga sus primeros pasos el nuevo proyecto del Espacio, que es el fútbol femenino.
El colectivo de cogestión está integrado por vecinos, organizaciones barriales y sociales y también por el equipo técnico de El Abrojo. “Está la posibilidad de formar una personería jurídica, lo cual da otras posibilidades. Estamos en un proceso de gestionar las capacidades así de esa forma esto pueda andar solo en un futuro” comenta Mariana.
Hay cuatro comisiones que funcionan simultáneamente: proyectos, deportes, eventos y administración. Por su parte, Alejandra detalla que “cuando arrancamos éramos 3 personas… si no fuera por el acompañamiento de los vecinos era imposible hacer algo. Por otro lado, creo que ahora estamos en un momento de focalizar bien las propuestas y estructurarlas mejor. Se trata de jerarquizar bien los tiempos, espacios y recursos”.
ACTIVIDADES
Las actividades van desde clases de educación física para adultos (gimnasia, correcaminatas, entrenamiento), talleres de baile y coreografía para niñas/os y adolescentes; natación para todas las edades (se realiza en el Complejo Deportivo Ituzaingó); espacio recreativo para adolescentes; Ludoteca y biblioteca; espacios de apoyo escolar y acompañamiento de deberes; Espacio Recreativo EFI; Taller de Tejido y Crochet; Eco Espacio; Curso de recreación.
LOS VECINOS
Es viernes de tarde y ya están por arrancar las actividades para adultos y jóvenes. Gustavo, José – alias “Chiche”- y Nahuel se acercaron para contar cómo viven el proyecto, que los tiene como protagonistas en la construcción del día a día.