l   septiembre 15, 2021   l  

Balada para un loco





Un 11 de septiembre de 1988 jugaba su último partido Hugo Orlando Gatti en un derrota de Boca en La Bombonera contra Armenio por 1 a 0 con un error suyo en el gol. Mantuvo su estilo hasta el final. Atajó hasta los 43 años. Recordamos la carrera de un loco que llegó para cambiar el puesto de arquero.

Por Lucas Giménez (@lucasjimenez88)

“Gatti resume muchas de las cosas que el fútbol brinda en su totalidad: capacidad, ejecución y efectividad. Gatti es, junto a Fillol, el arquero que más penales atajó en el fútbol argentino. Gatti es campeón de todo, incluso de la Intercontinental. Salió campeón de América y atajó el penal decisivo. Gatti es, ante la alternativa de seriedad o no, un arquero muy serio que nunca dejó de pensar que el fútbol es un espectáculo para la gente que va a una cancha.”

NORBERTO “RUSO” VEREA

Una de las definiciones del diccionario de la palabra “loco” dice que se aplica a las personas que tienen poco juicio o que actúan de forma imprudente. Recurrimos al mismo libro para entender que es la imprudencia y la respuesta encontrada fue “algo que no tiene cautela”. La cautela justamente es la palabra que caracteriza al fútbol argentino de hoy, por eso desaparecieron los enganches, los encaradores y por eso cada vez que aparece alguien distinto que revoluciona el juego, lo tildan de loco.

El modelo conservador tiene como uno de sus lemas insignias la premisa “los jugadores juegan, los arqueros atajan”. Pero por suerte los arqueros locos no leen el prospecto y arriesgan con los pies para limpiar la jugada, justo en el puesto más reacio a los cambios de estilo. Pero más propenso al reemplazo por un compañero tras un error grosero.

Hablar en plural de estos arqueros es más un ideal que algo real, en la Argentina son los menos, uno de ellos es Nahuel Guzmán, hoy ídolo en Tigres de México donde ganó 4 títulos de liga. “El Patón Guzmán tiene un estilo parecido a Hugo Gatti. Es como si fuera Hugo de estos tiempos”, dijo el Pato Fillol sobre el arquero rosarino antes del mundial de Rusia. El propio Hugo, también en 2018, en una entrevista en Fox Sports declaró que “por mi modo de ver el puesto de arquero, Guzmán es el que más me gusta para la selección argentina. Lo vi en Newell’s y era atrevido, corajudo, le gustaba salir y jugaba bastante bien”.

Los estilos de porteros arriesgados como el Patón, quizás en sus piezas tenían pegado el póster pegado de Hugo Orlando Gatti. Y si tenían el de Germán Burgos o el de Ángel David Comizzo, por una cuestión de edad, ya es hora que averigüen quien era el ídolo de estos o a quien trataban de imitar.

Hoy en día el nombre de Hugo Gatti está asociado al escándalo mediático y a declaraciones polémicas, sobre todo en España, que es donde trabaja como comentarista de fútbol. Pero retrocedamos mejor a la década del 70, a tiempos donde la gente pagaba una entrada para ir a ver al arquero que ni terminaba de embolsar la pelota que ya salía jugando rápido, al arquero que inventó “la de dios”, al arquero que reinventó el puesto.

Gatti hizo inferiores y debutó en Atlanta, atajó en Unión, salió campeón de todo en Boca pero sus mejores partidos, dicho por él mismo en una entrevista a la Revista Un Caño, fueron en Gimnasia de La Plata.

También tuvo un paso por la selección nacional, integró el plantel en el mundial de Inglaterra 1966 y una lesión, más la presión mediática que pedía por Ubaldo Fillol, lo dejó afuera del mundial de 1978 cuando era el arquero titular del equipo que dirigía César Luis Menotti.

Dos años antes del mundial jugó un partido épico con la albiceleste en Kiev contra la Unión Soviética. En ese encuentro, para suavizar el frío, Gatti tenía escondida una petaca de whisky dentro del arco, a la que recurría cada tanto. Argentina ganó 1 a 0 con gol de Mario Kempes. La leyenda dice que atajó borracho y los diarios de la época lo eligieron como la figura de la cancha. “Sin duda, a todos los equipos les gustaría tener este portero. Realmente, Gatti hizo maravillas. Incluso cuando, golpeado el balón, él estaba acostado en el barro y con el disparo casi a quemarropa, el incansable y valiente arquero tuvo tiempo de salir victorioso. Antes que nada Argentina le debe el puntaje ganador.”, escribió al otro día el semanario de Kiev Weekly “Fútbol – Hockey”.

El mismo estilo de atajar/jugar, que lo ubicó en el podio de los mejores arqueros del fútbol argentino, terminó con su carrera. Jugando para Boca, contra Deportivo Armenio un 11 de septiembre de 1988, quiso salir a anticipar un ataque rival afuera del área y Silvano Maciel le robó la pelota. El error de Hugo, que terminó en gol para el triunfo histórico del equipo de Ingeniero Maschwitz en la Bombonera, provocó la decisión del técnico José Omar Pastoriza de sacarlo para poner al joven Carlos Fernando Navarro Montoya.

Después de ese incidente no volvió a atajar profesionalmente y los amantes del fútbol no volvieron a pagar una entrada por ver a un arquero volante, que jugaba de líbero y era el prólogo de todas las jugadas. El mejor ejemplo de esto es el gol de Perotti en un triunfo de Boca 1 a 0 sobre Estudiantes de La Plata a 4 fechas del final del Metropolitano 81 que el xeneixe terminaría obteniendo.

A los 37 minutos del primer tiempo, con Boca adelantado y sorprendido, Gatti corta un pase en profundidad para Patricio Hernández, por lectura de juego. Sigue con la pelota, elude a Guillermo Trama y cruzando la mitad de cancha deja la pelota en los pies del Mono. Hugo Osmar corre por izquierda, deja a 2 rivales en el camino y mete un golazo que posibilitó que hoy en día haya quedado el registro fílmico del inicio de la jugada. “Todo el mundo va a abrazar a Gatti además de al goleador. En el arco de Boca Juniors está el abrazo para Gatti de parte de sus compañeros”, comentó Enrique Macaya Márquez para la transmisión televisiva del partido.

A 10 años de su retiro como futbolista, tuvo una especie de partido despedida en la Bombonera. El presidente de Boca de esos años, Mauricio Macri, organizó un partido para festejar la obtención del apertura 98 contra la Universidad Católica de Chile para el 3 de diciembre. Primero salieron los 10 jugadores de campo del equipo que dirigía Carlos Bianchi. Traverso, Bermúdez, Samuel, Matellán, Gustavo Barros Schelotto, Chino Pereda, Navas, Cagna, Guillermo y Palermo.

El último en salir fue el arquero, que no era el colombiano Oscar Córdoba. Buzo rojo metido adentro del pantalón bien cortito, vincha y pelos rubios mezclados con canosos. Salió del túnel a los 54 años Hugo Orlando Gatti para atajar unos minutos en el amistoso.

Mientras caminaba rumbo al arco que le da la espalda a La 12 el estadio lo recibió con el hit ochentoso: “chupe, chupe, chupe, no deje de chupar, el Loco es lo más grande del fútbol nacional.”

Nota publicada originalmente en el sitio Lástima a nadie, maestro

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