Pablo tiene 13 años y cursa segundo de liceo. Cuando llegó el primer boletín de calificaciones las bajas eran cinco. Al poco tiempo fueron dos y cuando llegó diciembre se encontró con que no había ninguna. La mejora en sus notas tienen nombre y apellido: Luis Suárez.
Este joven participó de un torneo de fútbol organizado por el programa Pelota al Medio a la Esperanza que premió a los adolescentes campeones y que tuvieran buenas notas, con la posibilidad de compartir un momento con el delantero de la selección.
El proyecto nació en junio de 2010 y tiene como objetivo erradicar la violencia en el deporte, tomando a distintos eventos como herramienta para mejorar el relacionamiento entre niños y adolescentes.
El disparador fue el debut de la selección uruguaya ante Francia en el Mundial de Sudáfrica. Ese día, el Ministro del Interior Eduardo Bonomi recibió una invitación del entonces Embajador francés en nuestro país Jean Christophe Potton, para presenciar el partido junto a estudiantes de ambas naciones por pantalla gigante.
La ocasión sirvió para sembrar la iniciativa de ver los encuentros mundialistas con estudiantes, fomentando valores como la sana competencia y la amistad por encima de rivalidades o fanatismos.
Los partidos contaban, por lo general, con la presencia de deportistas y autoridades. Uno de los pioneros fue el entrenador Diego Aguirre.
Luego del Mundial el programa siguió adelante organizando campeonatos estudiantiles y con charlas brindadas por figuras del deporte en distintos centros educativos.
Agustín Iparraguirre es el coordinador de Pelota al Medio a la Esperanza y es quien ha logrado los acuerdos con las distintas instituciones que hoy forman parte del proyecto. A casi seis años del nacimiento afirma que los resultados obtenidos son muy buenos: «El programa ha tenido una respuesta muy buena de los jóvenes que se esfuerzan por terminar el liceo y por tener una conducta correcta. La idea es hacer actividades que motiven y premien a los estudiantes», sostuvo.
«Imaginate lo que fue para gurises de 13 años tener a Suárez a dos metros de distancia»
En último partido de Uruguay ante Perú en el Centenario por la Eliminatoria, los liceales con mejores notas que pertenecen al programa ingresaron al campo de juego con el pabellón nacional y además fueron alcanza pelotas. «Imaginate lo que fue para gurises de 13 años tener a Suárez a dos metros de distancia», dijo Iparraguirre.
El programa cuenta con el apoyo de deportistas profesionales que aportan sus conocimientos en varias áreas. El técnico de la selección uruguaya sub 20, Fabián Coito, es el director deportivo y quien diagrama los torneos y actividades de convivencia. Déborah Rodríguez y Andrés Silva son los encargados de los eventos vinculados al atletismo. Silva tiene una escuela en Bella Italia donde comparte sus conocimientos con niños y adolescentes una vez a la semana.
Sumando un nuevo deporte
En los últimos días Pelota al Medio a la Esperanza dio un paso importante al incluir al básquetbol dentro de sus proyectos. El Ministerio del Interior y la Federación Uruguaya de Basketball (FUBB) firmaron un convenio para impulsar un torneo piloto interliceal, que será entre abril y agosto de este año con la participación de unos 200 jóvenes.
«El año pasado hicimos un acuerdo con el jugador de Malvín Nicolás Mazzarino para que brindara charlas en centros educativos. A partir de esto nos entusiasmamos con el básquetbol y vimos que podíamos hacer algo más para fomentar actividades barriales que mejoraran la convivencia. Ahí fue que nos contactamos con el presidente de la Federación de Basquetbol Ney Castillo», señaló Iparraguirre.
En el campeonato participarán adolescentes de 16 centros educativos de Montevideo. Cada delegación estará representada por 12 jóvenes, sin vinculación a los clubes que participan en formativas de la FUBB. Los encuentros se disputarán entre semana en escenarios de clubes de primera división y el arbitraje estará a cargo de estudiantes de los cursos que brinda la Federación.
Para el presidente de la FUBB, Luis Alberto Castillo, el acuerdo es positivo ya que les brinda a los jóvenes nuevas posibilidades y potencia al básquetbol en distintas áreas. «Hablamos con las instituciones de los barrios para poner a disposición los gimnasios y que los jugadores más representativos estuvieran presente en los partidos», afirmó. También destacó que en cierta medida esta iniciativa ayuda para que muchos adolescentes se animen a practicar profesionalmente el deporte y lo tomen como una profesión. «Es bueno porque pueden proyectarse nuevos jugadores. Mirá si aparece un nuevo Batista», dijo Castillo.
Como ocurre con los campeonatos del fútbol, los del básquetbol tendrán también sus premios. Cada integrante del plantel ganador del trofeo Fair Play recibirá un año de libre acceso a la Liga uruguaya. En la evaluación se tendrá en cuenta la conducta deportiva, el desempeño académico y el rendimiento en clase.