“Juegan con alas de historia, buscando una nueva victoria”, entonan los 8 de Momo en su canción. Cada vez que una casaca celeste sale a la cancha entusiasma, el peso de esa camiseta, sus valores, su esencia, su garra y su talento, la hacen ser merecedora de respeto en todo el mundo.
Es enero, y mientras nos acomodamos entre el sol y la arena, nos vamos poniendo a tiro con las novedades de pases y cómo va el mercado. Llegamos, aprontamos el mate y cuando caemos en la realidad nos enteramos que juega una selección juvenil uruguaya. Pero desde hace diez años la mirada que tenemos para con esos chiquilines es otra. La seriedad y la pulcritud que plasmó Washington Tabárez en el proceso de institucionalización de las selecciones nacionales nos ha acostumbrado a tener un protagonismo certero.
Ya desde que vemos a los jugadores defender la celeste en esta categoría tenemos a alguno de los pibes junado de los equipos de Primera división. Este proceso, entre otras cosas, hace hincapié en la continuidad futbolística que tienen los jugadores en sus clubes, un incentivo más para que los jóvenes tengan posibilidades de ascender a los primeros equipos. Obviamente los clubes, con el efecto multiplicador de las ventas a clubes importantes en edades tempranas, se contagian en este aspecto.
Son innumerables los jugadores que han surgido de todas las etapas, que arrancan en Sub-15 con un sudamericano que no tiene clasificación a mundial, y prosigue con el ya conocido Sub-17, Sub-20 y un eventual Sub-23.
Cada maestro con su librito
Desde que Tabárez asumió en 2006 y se puso en marcha su proceso de trabajo, Uruguay clasificó a todos los mundiales Sub-20. En 2007, con la conducción técnica de Gustavo Ferrín, el equipo culminó tercero en el sudamericano de Paraguay y disputó el mundial –no jugaba desde Nigeria 1999- en Canadá en 2007. Ese equipo es muy recordado porque contaba en sus filas con jugadores que hoy son piezas fundamentales en el equipo del “Maestro”: Luis Suárez (no estuvo en el sudamericano), Edinson Cavani (goleador en el sudamericano) y Martín Cáceres.
En 2009 fue Diego Aguirre quien estuvo al mando del equipo que jugó en Venezuela. Uruguay fue tercero y jugó el campeonato del mundo en Egipto. Surgieron jugadores como Sebastián Coates, Gastón Ramírez, Abel Hernández, Nicolás Lodeiro y Martín Campaña.
El campeonato de 2011 quizá sea uno de los más recordados porque Uruguay logró una doble clasificación histórica: mundial y juegos olímpicos. El equipo de Juan Verzeri finalizó segundo y jugó el mundial de Colombia y los juegos olímpicos en Londres. En ese equipo estaba Diego Polenta, Matías Vecino, Camilo Mayada y Guzmán Pereira, entre otros de los que jugaron en la mayor.
En Argentina 2013 los chiquilines clasificaron de la mano de Verzeri al mundial de Turquía, donde cayeron ante Francia en la final por penales. Ese equipo contó en el sudamericano con Emiliano Vélazquez, Gastón Silva, Sebastián Cristóforo, Diego Rolan, Giorgian De Arrascaeta, Guillermo Varela, Diego Laxalt. Luego en el mundial se sumó José María Giménez.
El último sudamericano es el más recordado de todos porque se disputó en nuestro país en 2015. Fue la primera vez de Fabián Coito al mando de esta categoría, tras arrancar con Sub-15 en 2007.
En este campeonato Uruguay finalizó tercero y clasificó al mundial de Nueva Zelanda y a los Juegos Panamericanos de Toronto, donde fue campeón. De esa camada, hasta ahora solamente han estado dos en el equipo mayor: Gastón Guruceaga y Nahitan Nández.
Que queda
Esta edición 2017 es la 28ª en la historia de los torneos Juventud de América que se juegan desde 1954. Según consigna AUF en su sitio oficial con un completo informe, Uruguay ha participado en 26 de esas ediciones, al igual que Brasil y Perú. Chile fue el único que participó en las 27 que se han jugado hasta el momento.
Los primeros gorriones celestes fueron campeones en la edición inaugural de Venezuela, con la aclaración que hasta 1988 los torneos fueron Sub-19. Uruguay tiene siete títulos en América en juveniles, ganó en Venezuela 1954, Chile 1958, Colombia 1964, Perú 1975, Venezuela 1977, Uruguay 1979 y Ecuador 1981. El equipo que fue más veces campeón es Brasil, con once títulos. Argentina se mantiene con cinco, Colombia con tres y Paraguay con uno.
Según consigna el sitio mencionado, Uruguay jugó 181 partidos en los que ganó en 89 ocasiones, empató 54 y perdió en 38. Marcó un total de 302 goles y recibió 193. En once ocasiones los celestes tuvieron al máximo goleador del torneo. El primero fue Ricardo Islas en 1971, le sigue Hevert Revetria en 1974 y 1975, Amaro Nadal en 1977, Arsenio Luzardo en 1979, Enzo Francescoli en 1981, Carlos Aguilera en 1983, Fernando Correa en 1992, Edinson Cavani en 2007, Abel Hernández en 2009 y Nicolás López en 2013.
¿Y ahora?
Fabián Coito, tras su experiencia desde Sub-15 en 2007, llegó a una final del mundo en Sub-2017 en México 2011, clasificó a Uruguay en los sudamericanos que estuvo y logró la medalla de oro en el panamericano de Toronto en 2015. En este torneo, el entrenador celeste superó los 200 partidos, según reporta Juan Aldecoa en la diaria.
Fabián Coito hace años que considera exitoso el proceso, y cree que su participación es buena, porque ha venido progresando con los años. Considera que el proyecto ha dado sus frutos por ser coherente con lo planteado. “Pensar primero en la persona antes que el futbolista, tratarlo con respeto, dignidad, y tener un trabajo ordenado, han hecho un proceso exitoso. Pero el proceso se ha cuestionado a sí mismo, permanentemente, la búsqueda del crecimiento grupal y de los entrenadores”.
Esta vez el equipo de trabajo encarará el sudamericano en Ecuador tras una gran etapa de preparación que tuvo al cuerpo técnico con un trabajo de muchos jugadores para terminar en la lista de 23. Entrenamientos, giras, amistosos, y un gran trabajo de scouting cerró una lista que nunca es definitiva, porque aquellos jugadores que no estarán en este sudamericano, siempre son tenidos en cuenta, además de ser incentivados a seguir creciendo y mejorando.
Vamo los pibes
Hay varios nombres que resuenan de la lista que dio Fabián Coito. Dos de ellos, principalmente, porque repiten torneo, tras haber jugado en 2015: Marcelo Saracchi y Rodrigo Amaral, de Danubio y Nacional. Ambos estuvieron también en el mundial que el equipo jugó en Nueva Zelanda. Este último campeonato uruguayo Rodrigo Amaral jugó en tercera división por distintos motivos, aunque uno de los principales era su estado físico. Su continuidad futbolística en la reserva de Nacional y su experiencia, lo hacen estar de nuevo en el equipo de Fabián Coito, capitán del equipo. El sanducero Marcelo Saracchi sí tuvo varios minutos con Danubio y fue interesante su desempeño.
Otros de los jugadores que generan mucha expectativa en el equipo, son los únicos dos que militan en el exterior: Rodrigo Bentancur y Nicolás Schiappacasse. El de Nueva Helvecia hace varias temporadas viene creciendo en Boca Juniors y por estos días su ficha fue adquirida por Juventus tras varias idas y vueltas. El “Chapa” Schiappacasse, que hasta mitad del año pasado estuvo en River Plate, fue adquirido por Atlético Madrid, y hoy juega en la reserva del equipo.
También hay una camada de futbolistas del medio local que han sido figuras de sus equipos y han demostrado un gran nivel. En la defensa se destaca Agustín Sant´ Anna de Cerro, José Luis Rodríguez en Danubio y Mathías Olivera en Nacional con más minutos. En la mitad de la cancha aparece Roberto Fernández de Fénix, Facundo Waller de Plaza Colonia, Carlos Benavídez de Defensor Sporting y Nicolás de la Cruz de Liverpool. En los delanteros aparece Diego Rossi de Peñarol y una de las grandes expectativas es el salteño Joaquín Ardaiz.