Uno de los inconvenientes a la hora de hablar sobre los derechos de imagen en el fútbol tiene que ver con la falta de información clara en un tema que muchas veces se vuelve complejo. Conocé un poco más a partir del testimonio de tres personas que vienen siguiendo de muy cerca la temática.
Los derechos de imagen de los jugadores de fútbol son tema de debate en cuanto han destapado injusticias en el reparto de la torta de ganancias que se llevan empresas de comunicación y empresarios particulares. Los jugadores, nucleados en el movimiento Mas Unidos que Nunca han logrado visibilizar estas contradicciones, haciendo tambalear las estructuras de la gestión del fútbol uruguayo.
La Tecnicatura de Gestión Deportiva del Claeh organizó el Foro “Derechos de Imagen”, donde Federico Perroni (abogado y asesor de la Senade), Gustavo Gómez (Observacom) y Agustín Lucas (futbolista) plantearon algunas pistas para aclarar el enriado que se ha generado por falta de información.
“Hay cifras que no logramos ni escribirlas, pero después la realidad son los 13 mil pesos que cobramos por mes, cuando nos los pagan” explica Agustín, quién actualmente se encuentra jugando en el Club Albion FC, de la categoría Segunda B Nacional del fútbol uruguayo.
Y es que en términos de números, en un cálculo rápido, a cada jugador le correspondería 1 dólar anual por los derechos de imagen, los cuales históricamente fueron a parar a la Mutual Uruguaya de Futbolistas para solventar los gastos.
Como si fuera poco, Gustavo Gómez detalló que la Asociación Uruguaya de Fútbol se estaría perdiendo de ganar cerca de 30 millones de dólares por conceptos de imagen y transmisión, ya que la empresa Tenfield –quien vende estos a las operadores por cable- es lo que le queda de ganancia por esta simple intermediación; más allá de lo que pueda explotar por publicidad estática, sponsors y productos específicos tales como los goles o compactos de los partidos.
“Si la AUF negociara los derechos de transmisión sin intermediarios recibiría unos 45 millones de dólares anuales” cuenta Gómez, dejando flotar en el aire una serie ceros que hicieron mover de sus sillas a los asistentes. “Sería una muy buena oportunidad para lograr que los clubes mejoraran sus ingresos”.
En Brasil, este tipo de relaciones de poder se zanjaron con la denominada “Ley Pelé”, donde –por lo menos- el 5% de lo que ingresos por derechos de imagen que cobra la federación brasileña van a parar a los clubes.
Perroni planteó que esta situación ha sido estudiada por la FIFA, quién en 2008 dio luz en esta situación planteando que los contratos abusivos, donde los jugadores ceden totalmente todos sus derechos a los clubes, pudiendo éstos explotar indiscriminadamente los mismos (conferencias de prensa, entrenamientos, partidos, comercializaciones con empresas). En este punto se plantea que los derechos individuales son absorbidos por las instituciones.
Básicamente lo que queda claro es que en el fútbol uruguayo no se respetan estas recomendaciones de la FIFA, que ya tienen casi de 10 años publicadas. “El negocio se dio cuenta hace rato que esto es una mina de oro. Los que no nos dimos cuenta son los jugadores de fútbol y los clubes. Hasta el 2025 ya está todo vendido”.
“El sistema que forma al fútbol es opresor y restringe las libertades de expresión, educación. El discurso de salvar a la familia mediante una gran transferencia sigue vigente, y esto se exige desde las más tempranas edades del baby fútbol” plantea Agustín.
Una de las batallas que vienen dando los jugadores, por fuera de la gremial que los congrega, es la de hacer circular la información en los vestuarios. “Ya no estamos a la espera de que el Ministerio de Educación y Cultura actúe… me parece que es momento de que aparezcan otras voces y también que se involucre más la gente que toma decisiones sobre las cosas que pasan todos los días, porque el fútbol es algo que pasa todos los días” apunta el futbolista.
Los jugadores de la selección uruguaya, con previo asesoramiento de abogados españoles, se plantaron firme y lograron sacar a relucir sus derechos de imagen, quitando banners y publicidad estática en sus entrevistas y conferencias de prensa. Tal vez sea una forma de repartir la torta de dinero que mueve el fútbol y de mejorar las condiciones de los futbolistas como trabajadores.