l   diciembre 15, 2016   l  

La pelota en los libros Con el escritor y ex futbolista Daniel Baldi





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La historia de José Saldivia puede asemejarse a la de cualquier entrenador uruguayo. Un técnico distinto, que ve más allá, que apuesta a las personas primero, y después a los jugadores. Un técnico despechado, rechazado, criticado, subestimado y no tenido en cuenta. José es el entrenador que asume la dirección técnica de Central Español para encarar un tétrico Clausura en el fútbol uruguayo. En el Apertura, sin haber sumado un solo punto, el equipo palermitano es abandonado por jugadores y directivos, lo que hace que el siguiente torneo sea la crónica de una muerte anunciada. Al menos en lo previo.

Pero un hincha joven, hijo de un ex presidente, se anima a tomar las riendas del club y se acuerda de José. Un hombre de la casa, buen técnico, con pasaje por un grande, que hace tiempo no dirige ningún club. Con dudas, pero con más certezas, Saldivia –que se mantiene en una depresión constante alimentada por el alcohol y el ocio- decide tomar las riendas del club y comienza su proyecto de hacer una campaña digna con Central Español, cuando la salvación realmente es una utopía.

Una Historia No Tan De Fútbol, es el nuevo libro de Daniel Baldi por editorial Planeta. El nuevo cuento del futbolista, como ya nos tiene acostumbrados, refleja una de las historias tristes de nuestro fútbol, con datos reales que se ven en nuestra cotidianeidad semanal. El técnico que es despedido, el contratista que no lo ayuda, los jugadores que le hacen una cama, los dirigentes que no le dan la cara, son algunas de las cosas que suceden en esta historia escrita por el ex futbolista. En este caso, quizá, el libro no sea volcado netamente a un público infantil, sino que conforma una narración ágil y emocionante que nos hace a todos ser hinchas de Central Español en lo que dura el relato. Ese técnico logra lo imposible, aparece el amor (ante todo), la fuerza, la garra, la rebeldía, el compañerismo, el respeto, la tolerancia y el profesionalismo.

Daniel Baldi se retiró en 2011 desde Bella Vista, cansado de cosas extra futbolísticas que fueron apareciendo. Sus ganas se empañaron y dejó el fútbol. Enseguida de eso apareció el escritor, el que venía potenciando desde la niñez, y la adolescencia; en la etapa que se animó a escribir. “Me motiva escribir la bronca, la frustración, el hecho de ver que algo está mal y no me gusta. Como no tengo el poder de cambiarlo, trato de inventar una historia para que el mensaje vaya para el lado que yo quiero torcer. A veces tengo un mensaje, arranco a escribir y puedo llegar a otros carriles”. Eso, por ejemplo, sucede en uno de sus primeros libros, La Botella (con seis tomos), donde realiza una protesta a la forma en la que se vive el «Baby» fútbol en nuestro país.

“Me parece muy absurda la guerra que se genera, y no se disfruta. Lo que vive el pibe en la cancha, le pasa lo mismo en la casa. Mi hijo me dijo que no quería ir más a jugar. La enfermedad del padre de guiar al niño como si fuera títere, no le dan la chance de elegir. Eso me hizo hacer el libro. En Mi Mundial es lo mismo: un contratista que ve que no puede hacer dinero con un jugador y le da una patada. Nos venden espejitos de colores. Los jugadores somos descartables. Son historias de ficción con un alto contenido de la realidad”.

En Una Historia No Tan De Fútbol, Baldi describe con distintas emociones los momentos que atraviesa José desde que asume la conducción técnica de Central Español. El técnico decide ir a buscar jugadores libres de la Mutual de Futbolistas, porque entiende que el amor propio que ellos tienen, sumado a su rebeldía, es lo que su equipo necesita. Además de eso, José Saldivia se nutre de distintos personajes que son claves en su equipo. Trae un estudiante de Educación Física, sin experiencia, para que se encargue de la preparación de su equipo, una maestra jubilada que le da clases particulares a los hijos de los futbolistas mientras ellos entrenan (ya que sus madres son las que trabajan), y dos profesores de aeróbica, uno de ellos pareja del arquero (discriminado en otros equipos por su condición sexual), que dan clases en el club y generan unos recursos económicos que los jugadores tienen de fondo común ante emergencias.

no tan de fútbolSi bien el autor no conoció a muchos José en el fútbol uruguayo, cree que la mayoría debería seguir el ejemplo de él. De respetar primero a la persona, y de no dejarse llevar por la presión del resultado. “Los técnicos deberían ser genuinos y buenas personas. Conocí muy pocos técnicos con esa cabeza, lamentablemente. Creo que lo que le sucede a ese equipo de Central Español, termina siendo el salvavidas de muchos futbolistas que luchan por salir de una mala situación. Creo que el hecho de que José valora un montón de aspectos humanos y los mezcla con lo futbolístico, es en lo que nos parecemos. Muchas veces se piensa que el futbolista es una máquina, que tiene que salir a jugar y no importa más nada. Una de las estrategias de José es la de que sus hijos vayan a los entrenamientos, eso habla de que le importa la persona primero”.

Además de ser escritor Baldi es el nuevo gerente de la Fundación Celeste, una asociación sin fines de lucro creada por los futbolistas de la selección uruguaya a partir del mundial de Sudáfrica 2010. La fundación tiene como objetivo apoyar a muchos deportistas jóvenes y de llevar el deporte a lugares poco comunes. En esa tónica, respecto a sus libros, también se encuentra Daniel Baldi. “Siempre intento de mover libros en lugares insospechados. Tengo el proyecto de armar bibliotecas en las casas club de los equipos, me parece algo integral para la formación del futbolista. Lo que he hecho tuvo una repercusión bárbara. Cerro copió eso, y no me llamó, no me ofende, me enorgullece. Me dirán que los libros juntan polvo, capaz que sí, pero donde haya un jugador que le haya cambiado la vida por tener contacto con un libro, es un objetivo cumplido. Fue frustrante que me llamase Peñarol, donde ya había un sitio destinado para una biblioteca, donde había conseguido 300 libros firmados, para decirme que no salía por un capricho del presidente que creyó que no valía la pena tenerlos en el club”.

Junto a ese vínculo que Baldi tiene con los futbolistas de la selección, cree importante el camino que se está tomando respecto al interés por aspectos claves en el desarrollo del futbolista y del fútbol uruguayo. Cree que es muy necesario el aporte de los futbolistas, y que debió haber venido mucho antes, en otras generaciones. “Tabárez nos marcó un camino. De un montón de aspectos y de sensibilidad que hay que tener con el jugador de fútbol, sobre todo con el de las inferiores. A veces se desatiende al jugador, se olvida que atrás hay una persona. Cuando un presidente, un dirigente, o un representante, muestran esa veta, implica que para lo único que están en el fútbol es para ganar dinero”.

baldiFutbolísticamente es más complicado. Si bien el coloniense dirige una de las categorías infantiles de Racing Club de Montevideo, y le gustaría entrenar a jugadores más grandes, hoy le aburre mucho el fútbol uruguayo y le dan ganas de cambiar de canal cada vez que lo ve. Lo considera un fútbol pobre, pero no por culpa de los futbolistas. A veces lo analiza tanto, que se pierde del disfrute, algo que hizo que abandonase el fútbol con tan solo 29 años. “Hoy como técnico intento que los gurises aprendan técnica, sobre todo. Luego, lo otro llega más adelante. Deben estar con la pelota. Lo importante es que jueguen al fútbol y se interesen por otras cosas también. Que salgan de la burbuja futbolera, que sean personas pensantes”.

A pesar de que no lo asuma, Daniel Baldi, ha marcado una nueva corriente de cuentos futbolísticos que cada año se incrementa. Lo mejor que le puede pasar a un escritor, es que un libro suyo le haya cambiado la vida a alguien, al menos por un rato y eso seguro le sucedió. El autor de La Botella, Mi Mundial, El Súper Maxi Del Gol, Los Mellis, Entre Dos Pasiones, Elige Tu Propio Penal, Estadio Lleno o El Muro, sigue marcando en tendencia en el ambiente y rompe con esos tapujos que le dieron vergüenza a la hora de llevar su primer libro a una editorial, solamente porque era escrito por un futbolista.

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