La Final de la Champions League puede haberse jugado sin público, pero siempre se las arregla para tener la necesaria dosis de épica. En este caso, a través de la denominada “Ley del ex” en su versión europea y de pandemia, cuando un poco conocido ex canterano del PSG le dio el triunfo al Bayern Münich sobre el equipo de su ciudad natal y del que su padre es fanático. “No hay peor cuña que la de un mismo palo”, dijo algún veterano comentarista, y el joven parisino Kingsley Coman se metió así en los libros de historia deportiva. Sobre vida y trayectoria del héroe inesperado de la final de la Champions, habló nuestro compañero Álvaro Levin en una columna en la que apareció hasta Edinson Cavani, antes de una reflexión final.